Aunque con unos días de retraso por inminentes citas fiesteras de fin de semana, no podía esperar más para comentar una de las mayores y mejores sorpresas que me he llevado ya no en lo poco que llevamos de año, si no en muchísimo tiempo. ¿Cine patrio de calidad y con mala leche a rabiar? Sí, es posible.
Nº 5: Secuestrados. (2010)
A menudo, uno tiene pereza por ponerse a ver una película o empezar una serie. Muchas veces, lees críticas positivias que tachan, por unanimidad, una producción como "obra maestra" "soberbia" y otras tantas lindeces y adjetivos en los que se deshacen, en ocasiones, crítica y público.
Uno no sabe por qué, pero tiene ahí ese fichero, dvd, bluray o el formato que uno desee, a la vista. Lo ves y no te decides a abrirlo o reproducirlo por pereza o incluso desconfianza, y más cuando la película de turno, es española (no olvides, amigo lector de este blog, que servidor no es muy amigo que digamos del cine español)
En ocasiones, uno hace bien obviando el título en cuestión. En otras, uno se arrepiente muchísimo de no haberlo visto antes.
Secuestrados, nos cuenta la historia de una familia normal y corriente que se traslada a una casa a las afueras de Madrid. Una casa enorme, para una familia presumiblemente acomodada, formada por un matrimonio y su hija en plena efervescencia adolescente... Todo genial, excepto por una pequeña discusión entre la hija y la madre y porque un grupo de 3 hombres armados y encapuchados han decidido ese día, entrar en la casa y asaltar a esa familia que está empezando, una nueva vida...
¿Y bien? ¿Qué hace de Secuestrados que sea una de las mejores películas que he podido ver en años? La respuesta es bien simple: realismo y técnica.
Realismo, porque nos cuenta una historia, que aunque ya no se escucha tanto, sí es cierto que en su día fue algo de lo que se hablaba mucho (no olvidemos que la película tiene un par de años) y son la distintas bandas provenientes del este de Europa (Albania, principalmente) que entraban en chalets de lujo haciendo cualquier cosa para conseguir su objetivo, sin importar los medios para llegar a dicho fin. (José Luis Moreno, sabe bien de lo que hablo)
Técnica, porque la película está rodada íntegramente a base de planos-secuencia, algunos larguísimos (si no recuerdo mal, creo que eran como 12 tomas según leí por ahí, toda la película) haciendo al espectador partícipe en todo momento de la acción, desde el primer minuto de la película; con ese comienzo tan desgarrador que tiene, que sirve para hacerte una (pequeña) idea de lo que va a pasar por delante de tus ojos durante la cerca de hora y media de viaje por el camino de la tensión y la adrenalina que vas a presenciar.
Todo esto acompañado por unas actuaciones de lo más convincentes durante casi todo el metraje. Mención especial a Manuela Vellés, quien interpreta a la hija: pese a empezar de forma algo forzada, termina siendo de los personajes más creíbles con diferencia de toda la cinta (A fin de cuentas, personalmente creo que en una situación de extrema violencia y tensión como la que se vive durante la película, muchos de nosotros actuaríamos igual o peor que como sucede en la cinta)
No tiene música, como la vida misma. Planos secuencia, algunos, de una factura técnica buenísima, junto con momentos grandiosos con la pantalla dividida al más puro estilo de Brian de Palma, que consiguen perfectamente su cometido (y que no voy a decir nada al respecto) y violencia, crudeza y realismo que sólo descansan en contadas ocasiones para que sea la imaginación del espectador quien haga el trabajo, haciendo en ocasiones que la gran e incomprendida por muchos Funny Games de Haneke, parezca realmente un juego de niños.
Absolutamente brutal.
10/10
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